Locos imposibles
Los actores y actrices somos como esquiadores deseando hacer bajadas en medio de un desierto de dunas. Somos esquiadores de arena. Porque no nos conformamos con el momento, aunque esperemos que nieve, aunque falte el agua, nos dejamos delirar para montar otra onda sinuosa de bajada en bajada.
Cada subida cuesta y el calor aprieta, pero no pasa nada, -«se me ha ocurrido esto y tenemos que hacerlo». – ¿Para quién? – Para mí mismo, porque lo necesito. Y a alguien llegará. Seguro.
– Somos drogadictos de la medicina que nos creamos. Hablando solos, refinando las horas. Repitiendo, repitiendo. Como locos, locos imposibles.
Venga usted, pase, a este paisaje de camareros y emprendedores, de bandejas y encendedores. Encendiendo pasiones, volando la imaginación en cada servicio. Copiando posturas de cada cliente que atendemos.
Cazadores de personajes en viajes de metro.
Esos somos nosotros, captores imposibles en tierras de ciénaga. Cultivando en tierras estériles por pura creencia. Porque creemos fielmente, que un día lloverán suaves cristales y saldremos a flote, desatándose así de nuestras piernas, las ramas blandas que nos aprientan. Esquiaremos en nieve entonces. Como se ha de hacer.
Mientras tanto seguiremos creando estelas en este desierto. Desierto de locos, locos imposibles.
Por una mirada sincera, un alma modificada, porque el arte alimenta nuestro mayor hueco insaciable. Por amor, persiguiendo el súper objetivo de una vida protagonista. Vida en sentido, sintiéndola. En una historia de tantos.
A mis queridos loc@s. Compañer@s. No dejen de crear y creer.
Muchas estelas moverán la duna.
Por Román Reyes