Por hablar
Tenemos tanto de qué hablar. Y sin embargo estamos callados, porque no conectamos con lo que realmente necesitamos. Porque no nos escuchamos. Porque somos sordos fabricados por un mundo donde hay demasiado ruido insuntancial. Una vorágine de gente entre la que un niño de cualquier edad, pero niño aún con arrugas, grita algo con sentido. Gritando sin gritar. Dando fondo al cometido y forma al mensaje. Una forma que sólo puede ser arte. Por tener que tener algo de lo que hablar. Por hablar, sabiendo que hablar en ese momento es imperativo. Por hablar.
Por Román Reyes
(Main photography by Steve Pennells)