Ahora, en la futilidad del momento. Perfectamente colocado. Perfectamente inconexo, desordenado. En este orden que se llama «ahora». Con la perfección de lo que no será pronto pero sigue siendo ahora. Porque el ahora está colocado cuando eres consciente. Cuando estás alineado. Hasta que no se vaya suave, lo respiraré y viviré fuerte. Como si de esa forma lo hiciera siempre. Para recordarlo sin cerrar los ojos. Para no distorsionarlo nunca… como los suspiros del pasado.

Por Román Reyes

(Fotografía principal por Rob Aparicio)